miércoles, 5 de noviembre de 2014

Resistol

Para la legislación hondureña, el resistol no es una droga, sino una sustancia tóxica. Su principio activo, el tolueno, un derivado de los hidrocarburos, genera una terrible adicción y graves perjuicios. Atrofia cerebral progresiva, distorsión de la realidad, alucinaciones auditivas, ralentización de reflejos y dificultades para caminar, problemas en la fase de crecimiento, temblores, daños en los órganos vitales, anemias, etcétera. Y a nivel psíquico provoca agresividad, depresión, pánico, angustia, pérdida de la autoestima, abandono o, incluso, el suicidio. “Además están los efectos del síndrome de abstinencia: dolores de cabeza y de estómago, insomnio, ansiedad... Muchos se convierten en discapacitados mentales y, al encontrarse bajo los efectos del pegamento, son incapaces de realizar trabajos normales”, afirma el director de Incidencias y Proyectos de Casa Alianza, el doctor Ugaldo Herrera.

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